martes, 4 de julio de 2017

LA IGLESIA DE SAN AGUSTÍN


Si caminamos por la cuadra 2 del jirón Ica, es imposible dejar de admirar la belleza de la iglesia de San Agustín y especialmente lo imponente de su portada retablo. Construida totalmente en piedra en 1712, es considerada la fachada barroca más bella de las iglesias limeñas 




Esta iglesia a sufrido muchas modificaciones durante su historia debido a diferentes acontecimientos. Inicialmente tuvo dos torres pero el terrible terremoto de octubre de 1746 daño seriamente la iglesia y destruyó totalmente su torre izquierda que nunca fue reconstruida. En 1895 durante la guerra civil que enfrentó por la presidencia a Andrés Avelino Cáceres y a Nicolas de Pierola disparos de cañón y metralla dañaron seriamente su única torre.




Al inicio del siglo XX la iglesia sufrió una total remodelación que incluyó la demolición de su dañada torre, la construcción de nuevos altares en su interior y el reemplazo de la ovalada ventana original de la fachada por un vitral circular de gran tamaño. Lo que se busco es darle a la iglesia características góticas muy de moda en aquellos años. A inicios de los años ochenta este vitral fue retirado y se reconstruye su antigua ventana ovalada.







También esta iglesia ha sido el centro de muchas historias, Ricardo Palma tiene a esta iglesia como protagonista en tres de sus más recordadas tradiciones, "La procesión de las ánimas benditas de San Agustín" ambientada en 1640 "Lucas El sacrílego" ambientada en 1743 y " La trenza de sus cabellos" que narra historias ocurridas entre 1738 y 1753. La segunda de ellas nos narra el robo de la custodia (la pieza de oro donde se coloca la hostia luego de ser consagrada) de la iglesia por Lucas de Valladolid, uno de los mejores plateros de Lima y muy estimado por los padres agustinos. 

Este robo produjo consternación en la ciudad, el ladrón huye de Lima luego de fundir la custodia e intentar de vender las joyas que la adornaban. Capturado en Huancavelica, fue traído a Lima donde en medio de la indignación de los limeños que lo querían ajusticiar, fue sentenciado a morir en la hoguera, pena reservada a los herejes. Pero Lucas de Valladolid arrepentido promete tallar una nueva custodia, mejor aun, que la que robo, lo que cumplió luego de cuatro meses. Esta actitud suya de total arrepentimiento (nos cuenta Palma) hizo que los limeños y las autoridades dejaran de ver a Lucas como un hereje y se le conmutó la pena. 

Unos días después Lucas de Valladolid era ahorcado en la plaza de Armas, ya no se le quemo por hereje, pero se le ahorcó por ladrón. En la fotografías podemos ver la iglesia de San Agustín con los cambios que a tenido a través de la historia (Marco Antonio Capristán Núñez) 

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